TorreMirona: una renovación entre tradición e innovación

Texto Arnaud Blanc

El Golf de TorreMirona, como la región del Empordà en la que se asienta, cultiva el carácter histórico de Cataluña. Excepto que esta cultura es ahora una pizca más moderna. A apenas una hora de Perpiñán, en la frontera donde el español es lengua nativa, los lugares se adornan con un aura aún más importante que en sus 31 años anteriores de existencia. En medio de los Golf Club Peralada, Empordà Golf y otros Golf de Pals vecinos, este recinto no tiene nada que envidiarles. Porque el año pasado, el establecimiento inició una serie de transformaciones importantes que afectan tanto al recorrido como al hotel, integrando ambiciosas innovaciones tecnológicas y ecológicas. Un giro pensado para aumentar el atractivo del dominio sin renegar de su identidad.

"Antes de embarcarnos en este proyecto, sabíamos que nuestro producto aún tenía algo por lo que agradar durante algunos años, explica Andreu Viladevall, director del hotel. Pero también se tenía conciencia de que, para asegurar su perennidad, era necesario actualizarlo antes de que fuera superado por las expectativas de los golfistas y turistas. Teníamos que salir de nuestra zona de confort.» El ejemplo más evidente de este cambio es su edificio principal, que alberga la recepción del campo de golf, el vestíbulo del hotel, un restaurante y nada menos que 48 habitaciones y una suite. «Algunos clientes, acostumbrados a los lugares desde hace quince o dieciséis años, han abierto los ojos diciendo 'Guau'», cuenta el responsable del hotel. En tan solo unas semanas - entre octubre y diciembre de 2024 - el establecimiento ha adoptado un estilo sobrio y depurado, repensado para ofrecer un marco luminoso y contemporáneo frente a un paisaje en sintonía con las estaciones. A veces, los sillones ofrecen la vista sobre el Canigó y las crestas pirenaicas, a veces, se convierten en un lugar de observación del recorrido y del hoyo n°10, arena del Win-in-One (ver más abajo). «Lo que nos sorprendió es que el lobby se ha convertido en un verdadero lugar de vida, preferido por los clientes, golfistas o no, para comer o cenar.»
Este entusiasmo, combinado con la complementariedad del restaurante del hotel, también renovado, ha permitido a los equipos ofrecer dos atmósferas a sus clientes: un ambiente animado por el mundo del golf y un entorno acogedor, más propicio para la intimidad.

Para acompañar este viento fresco, se decidió instalar un modo de producción de energía más sostenible: los paneles fotovoltaicos. Un enfoque en sintonía con las costumbres de una clientela cada vez más sensible a la ecología. Si bien Torremirona no es el único resort de la región que se compromete en esta vía, confirma aquí su estatus de pionero en materia de gestión sostenible, ya que estos nuevos paneles solares vienen a enriquecer los ya presentes en el hoyo n°7. Una elección lógica en una de las regiones más soleadas de Europa; necesaria, según Andreu Viladevall, «tanto es importante el consumo energético de un hotel». «Torremirona ahora se basa en la energía solar para reducir su huella energética. Esta iniciativa permite reducir la factura energética entre un 50 y un 60%», estima, al acercarse el primer test estival que se avecina.

En el recorrido, en un trazado ya atractivo por su marco y sus curvas, los greenkeepers se esfuerzan por terminar lo que era la prioridad del momento: la rehabilitación de los bunkers. «Casi el 75% de los bunkers han sido rehechos, dando prioridad a aquellos situados alrededor de los greens para reforzar el aspecto estratégico del juego», explica desde el principio el director Kilian Archelaguet López. En una visión más lejana, el cambio de césped también se puso en marcha para hacer frente a la recurrencia y al alargamiento del calor. «La transición a la Bermuda Grass, más resistente al calor y menos consumidora de agua, demuestra un fuerte compromiso por una gestión sostenible del recorrido», detalla.

Con un grupo de 260 miembros anuales y más de 30.000 visitantes (40% de los cuales son franceses) cada año, el golf de Torremirona ha optado por satisfacer tanto a su clientela habitual como a la procedente del turismo. Paralelamente a estas acciones, las zonas de entrenamiento han sido repensadas para responder a las exigencias de los profesionales que vienen regularmente a practicarlas. Por lo tanto, un bunker se ha excavado en la continuidad de las estaciones de práctica para permitir a todos ponerse en situación de salida de obstáculo de fairway; Una forma de garantizar unas condiciones de entrenamiento de alto nivel y de animar a los aficionados a progresar en compartimentos poco ejercitados.

Y luego, al margen de la actuación, está el ocio - aunque la frontera entre los dos es a menudo borrosa. Para alimentar esta sed de juego, la tecnología Win-in-One ha aparecido en el hoyo n°10. El objetivo para todos: conseguir un hoyo en uno para ganar una buena recompensa - a menudo un viaje o una experiencia de golf. En este par 3 de Torremirona, la totalidad del clubhouse y el lobby tiene vistas al espectáculo. «Mi oficina da a este hoyo y me gusta ver a los aficionados probar suerte», cuenta Andreu Viladevall. «Nadie lo ha logrado hasta la fecha, pero es una buena manera de estimular a los practicantes», se regocija. Situado estratégicamente cerca del vestíbulo y la salida del campo de golf, este hoyo goza de una visibilidad excepcional, incluso para los no golfistas. Ahí está la fuerza de los lugares: tiene todo para atraer a su mundo, ya sea ávido de birdies o, más comúnmente, aficionado a la relajación.

Hotel Torremirona Golf & Spa
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